Dilan nuestra historia

Dolor y miedo fueron mis compañeros cuando te conocí. Tratar de conseguir un sitio en tu corazón se convirtió en una necesidad vital, pero lágrimas caían por mi rostro, como ríos desbordados cada vez que decías que no éramos nada y cerrabas las puertas de tu corazón dejándome al otro lado.

Incalculables días y noches, esperaba sentado, a oscuras, esperando una señal por tu parte que me diera fuerzas para seguir luchando por un sentimiento que día a día se apoderaba más de mi, sentimientos que crecían y en mi pecho no cabían. Tanto había en mi pecho metido que parecía la caja de pandora, esperando ser abierta para el desenlace del apocalipsis final, era tal la fuerza brutal de esos sentimientos que ni contralarlos podía ya.

La felicidad llamó a mi puerta, cuando después de nueve meses, me abriste las puertas de tu corazón liberándote de tus miedos al rechazo por no contar lo que te preocupaba. Entendí la espera cuando recordé unas palabras mal escogidas a una simple pregunta que me hiciste en el pasado, cuya respuesta te estuvo torturando durante esos meses.

A pesar de tener en contra el cielo y la tierra hemos luchado siempre por nuestro amor, y cada obstáculo superado nos ha hecho dar cuenta lo que significamos el uno para el otro y saber que cuando no pueda levantarme, cuando haya algo que me haga daño, allí estarás tú para ayudarme. Si a ti te cortan un dedo a mí me duele también, si te arrancan el alma, la mía se va con la tuya, pero no debemos temer, ya que nuestros sentimientos son tan fuertes y puros que donde uno este el otro estará con él, nada ni nadie podrá cambiar nunca que nuestras almas y cuerpos estén unidos, ya que el destino nadie lo puede cambiar.

Nunca hubo nadie que despertara en mi esos sentimientos, ni que me hiciera soñar de esta manera, que nuestros sueños y proyectos de futuro no se desvanezcan, que nadie ponga barreras a nuestros sentimientos, ya que juntos, tu y yo, esas barreras lograremos tirarlas para que nadie las pueda volver a construir, siempre lucharé por el amor y la felicidad de mi niño DILAN