Me siento a escribir, a pensar en el día a día… a
sentir tu ausencia, a querer saber que estas sintiendo en cada momento, a
querer recuperar las horas y los días que no has estado a mi lado.
Me siento triste por dentro, me quema esta soledad, me
quema el aire que respiro, te siento lejos, siento que ya no puedo evitar
querer tocarte, querer sentirte a mi lado…
No tengo ganas de dormir, ya que cuando me despierte
seguirás sin poder estar a mi lado, y eso significará que has pasado un día más
lejos de mí.
Pero todos los días, cuando escucho tu voz, me das la
fuerza necesaria para resistir esta soledad, este vacío inmenso que tan solo tú
llenas.
Quiero verte, abrazarte y sentir tus brazos dándome
calor, tenerte aquí cerca de mí, de poder tocar y besar, de besar y tocar…
estos deseos, solamente los apagas tú.
Apareciste así, de la nada, así como aparece la brisa
del mar en un día de invierno… pero me doy cuenta que eres fuego, pasión y
complicidad y el único que deja huellas en mi corazón
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